Meditando

¿Qué es una meditación guiada?
Una meditación guiada consiste en usar el poder de la mente para visualizar una situación, con la ayuda del "guía" (en éste caso John Curtin) que conduce a los participantes por un determinado recorrido mental. Las meditaciones guiadas encajan perfectamente dentro de nuestro concepto occidental que parece necesitar una estructura y forma dentro de un trabajo energético o espiritual, aparte de la posibilidad de alcanzar metas concretas.
Otra ventaja de éste tipo de meditación es que el trabajo mental activa nuestro lado energético. En otras palabras, lo que creamos con la mente se convierte a un nivel más profundo en un trabajo energético, consiguiendo así un resultado más profundo y efectivo. Además, se puede elegir el nivel al que se desea trabajar. Quiero decir que si sólo deseas reducir tu estrés o relajarte después de un día laboral, ¡adelante! Experimentarás un bonito "paseo virtual" para relajarte y olvidarte del estrés durante una hora. Pero si tu meta es ahondar en tu "ser interior" y explorar tus caminos energéticos y/o espirituales, te aportará mucho en ese sentido.


De acuerdo con Pérez De Albeniz & Holmes (2000), las diferentes técnicas de meditación pueden ser clasificadas de acuerdo a su enfoque. Algunas se enfocan en el campo de la percepción y la experiencia, también llamada de conciencia plena (mindfulness en inglés). Otras se enfocan en un objeto determinado, y son llamadas de «concentración». Hay también técnicas que intercambian el campo y el objeto de la meditación.
Categorizar las variedades de meditación es difícil. No obstante, dentro de las tradiciones religiosas esto resulta siempre más sencillo, si bien hay que notar que la meditación no tiene por qué tener trasfondo religioso, sino que es simplemente una herramienta.

Si durante el día está usted alerta, si está atento a todo el movimiento del pensar, a lo que usted dice, a sus gestos -cómo se sienta, cómo camina, cómo habla- si está atento a sus respuestas, entonces todas las cosas ocultas salen a la luz muy fácilmente. En ese estado de atención lúcida, despierta, todo es puesto al descubierto.

La mayoría de nosotros está inatenta. Darse cuenta de esa inatención, es atención.

Es preciso estar atento al desorden que hay dentro de uno mismo, atento a las contradicciones, a las luchas dualísticas, a los deseos opuestos, atento a las actividades ideológicas y a su irrealidad. Uno ha de observar "lo que es" sin condenar, sin juzgar, sin evaluar en absoluto.
 Meditar ayuda a reordenar la mente y calmar la ansiedad. Mejora la comprensión de objetivos y motivaciones y equilibra el carácter. También puede hacer resurgir motivaciones, traumas, emociones o energía enquistadas. Por el estudio de la respiración y la postura corporal se mejora la salud en general y se reconduce el metabolismo a su funcionamiento óptimo. Algunos estudios científicos hechos en Japón acerca de la meditación zen registraron diferencias significativas entre el funcionamiento del sistema nervioso y cerebral de personas que meditaban regularmente y el de las que no

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