¿Qué son los Estándares Web?



¿Qué son los Estándares Web?

 

El significado de  estándar W3C  es World Wide Consortium el cual es una organización que rige los estándares y recomendaciones para el desarrollo de la web.
Osea que un estándar es un conjunto de reglas normalizadas que describen los requisitos que deben ser cumplidos por un producto, proceso o servicio, con el objetivo de establecer un mecanismo base para permitir que distintos elementos hardware o software que lo utilicen, sean compatibles entre sí puesto que de  lo contrario podría o hasta no sería compatible.

El W3C, organización independiente y neutral, desarrolla estándares relacionados con la Web también conocidos como Recomendaciones, que sirven como referencia para construir una Web accesible, interoperable y eficiente, en la que se puedan desarrollar aplicaciones cada vez más robustas.
En la creación de las Recomendaciones del W3C participan sus Miembros (más de 400 organizaciones, distribuidas a lo largo de todo el mundo y de diversos ámbitos: grandes empresas de hardware o software, centros investigadores, universidades, administraciones públicas, etc.), el Equipo del W3C, expertos invitados, y cualquier usuario de la Web que quiera mostrar su opinión. Todos ellos trabajan conjuntamente a través de un proceso basado en el consenso, la neutralidad y la transparencia de la información.

¿Para qué sirven?

La finalidad de los estándares es la creación de una Web universal, accesible, fácil de usar y en la que todo el mundo pueda confiar. Con estas tecnologías abiertas y de uso libre se pretende evitar la fragmentación de la Web y mejorar las infraestructuras para que se pueda evolucionar hacia una Web con la información mejor organizada.

Acceso Universal 

 

El W3C se guía por los principios de accesibilidad, internacionalización, e independencia de dispositivo, entre otros. Esto facilita que el acceso a la Web sea posible desde cualquier lugar, en cualquier momento y utilizando cualquier dispositivo. No importa si se utiliza hardware, software, o una infraestructura de red específica. Además de las posibles restricciones técnicas, se tiene en cuenta la existencia de múltiples idiomas, las diversas localizaciones geográficas, y las diferencias culturales o tradiciones, así como las posibles limitaciones físicas, psíquicas o sensoriales de los usuarios.
La concienciación de que no todas las personas acceden a la Web de la misma forma, permite centrarse en determinados colectivos que tienen necesidades concretas, como pueden ser las personas de edad avanzada en el caso de limitaciones psíquicas, físicas o sensoriales.
El avance de las tecnologías inalámbricas, así como la gran variedad de dispositivos con acceso a la Web presentes en sectores como el de la telefonía móvil, en el de automoción (navegadores en los salpicaderos de automóviles), en los electrodomésticos (refrigeradores con pantallas táctiles) o en los televisores, fomenta la ubicuidad de la Web. Esto pone de manifiesto la necesidad de utilizar tecnologías y lenguajes unificados, libres y gratuitos, cuyo uso no esté limitado por patentes comerciales.

Una Web con significado

Tradicionalmente, se podría considerar la Web como un conjunto de documentos conexos entre sí a través de términos léxicos y sintácticos. Estos documentos están expresados en lenguaje natural y contienen contenido destinado a personas. Esto limita a las máquinas a la hora de procesar la información de forma eficiente, ya que no pueden evitar las ambigüedades del lenguaje natural. Gracias al nuevo enfoque del W3C, la Web evoluciona hacia lo que se denomina Web Semántica, una ampliación de la Web tradicional, que ofrece mecanismos para añadir significado a los recursos (documentos, imágenes, vídeos, etc.), de forma que cualquier máquina pueda interpretar los datos existentes en la Web de una forma similar a como lo hacen los humanos. La información no sólo está especificada como una serie de información textual o gráfica inconexa entre sí, sino que la Web se puede considerar como una gran base de datos organizada y estructurada teniendo en cuenta la naturaleza semántica de los elementos que la componen.
La Web Semántica fomenta una mejora en el rendimiento y eficiencia de la Web, lo que se transmite en una experiencia más satisfactoria para el usuario, el que obtendrá mayor precisión en sus búsquedas y operaciones, y podrá tener acceso a mayores cantidades de información específica y útil. De la misma forma, esta estructuración y tratamiento de los datos más preciso evitará las tareas frustrantes y difíciles, como es la búsqueda, obtención y mezcla de información desde distintas fuentes.

Confianza en la Web

La Web es un medio colaborativo, donde los usuarios interactúan creando contenidos (en wikis, blogs o foros), realizan transacciones (compras online, operaciones bancarias), o crean redes sociales (de amistad o laborales), donde se relacionan entre sí.
Estas actividades requieren que los usuarios confíen entre sí y han promovido el desarrollo de ciertas tecnologías para asegurar esta confianza: firmas digitales de documentos que fomentan la responsabilidad de las personas que se declaran autores de estos; encriptación de los datos para la confidencialidad; y mecanismos de establecimiento y declaración de las políticas de privacidad de los datos de los sitios Web.

 

¿Cómo funcionan?

La creación de un estándar Web requiere un proceso controlado, que consta de varias etapas que aseguran la calidad de la especificación. Este proceso permite la intervención de todos los usuarios de las tecnologías, con el objetivo de que puedan aportar su conocimiento y opiniones para la mejora de los documentos.
Tras este proceso, elaborado por especialistas en la materia, se obtienen unos estándares de calidad, y al estar disponible para todo el mundo, las especificaciones se depuran exhaustivamente antes de ser consideradas como Recomendación.
Estos estándares, están sujetos a la Política de Patentes del W3C, lo que permite que sean utilizados libremente por toda la comunidad Web. Al utilizar las mismas tecnologías, las máquinas se entienden entre sí y cualquier usuario puede interactuar con el resto.
Para ayudar a los desarrolladores que deseen utilizar sus Recomendaciones, el W3C ofrece una serie de herramientas que permiten verificar si se hace una correcta aplicación de las especificaciones. Manuales de directivas o buenas prácticas de tecnologías concretas, y los validadores sintácticos de los lenguajes, son ejemplos de estas ayudas.

 


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