ATENDIENDO LAS QUEJAS DE UN CLIENTe
QUE ES UNA QUEJA
Algunos de estos clientes, se van a quejar con la empresa
cuando les damos un servicio de poca calidad, otros, no se quejan, pero nunca
más vuelven a nuestro negocio. Si el cliente no manifiesta su disgusto y
simplemente no regresa, nunca conoceremos el motivo ni tendremos la oportunidad
de cambiar.
Por eso la queja, lejos de ser un inconveniente es una
oportunidad para que se mejoren las cosas que nosotros o nuestra empresa
estamos haciendo mal.
valora usted la lealtad de un cliente
Mmm por la credibilidad, respeto, confianza y lealtad que a/e
obtenido través del tiempo
En resumen, una queja mal tratada o no resuelta, nos lleva a
perder aproximadamente 10 clientes potenciales. Pero los mismos estudios
demuestran que, si a ese cliente se le resuelve la queja con eficiencia, él
contará su experiencia a 3 ó 4 personas, quienes quedarán impresionados con
nuestro profesionalismo y capacidad de respuesta.
CONVIRTIENDO LAS QUEJAS EN OPORTUNIDADES
un cliente molesto necesita: ser escuchado. Por eso, deje
que se desahogue. Recuerde que su enojo es con la empresa y no con usted. Si lo
trata ofensivamente no lo tome personal, si usted entra en conflicto directo
con él, solo logrará empeorar la situación. Tampoco le interrumpa o le diga que
se tranquilice.
Finalmente, el cliente necesita que se aclare el problema y
se tomen medidas correctivas. Por eso, explíquele los procedimientos de la
empresa. Por ejemplo: solicítele llenar un formulario sobre evaluación del
servicio e indíquele que esto ayudará para reportar el problema a su
supervisor.
aspectos
importantes:
- Analice todas las posibles soluciones
- Busque propuestas creativas para solucionar la situación.
- Trate de cambiar el modo en que el cliente percibe nuestro servicio.
- Asegúrese que el cliente esté satisfecho con la solución.
- Mantenga la tranquilidad, muestre interés y eficiencia.
- Haga todo lo necesario para recuperar la confianza del cliente.
Usted busca la aceptación de sus clientes y si bien el
rechazo nunca es una respuesta deseada, es posible manejarlo de manera
positiva. En realidad, el problema no es el rechazo, sino la manera en que
usted lo interpreta.
sin objeciones, los vendedores se quedarían sin trabajo. En
lugar de una fuerza de ventas, las empresas tendrían una persona o una
computadora recibiendo pedidos de compradores convencidos.
Algunas objeciones son sólo respuestas automáticas reflejas o
simplemente actitudes que los clientes han sido condicionados o programados
para decir a los vendedores.
Cosas como “Sólo estoy mirando” ó “¿Qué descuento me puede
hacer?” ó ¿Cuál es su mejor precio? (cuando aun ni siquiera han analizado
seriamente el producto ni su propuesta) ó “No quiero que usted pierda su
tiempo, porque sencillamente no voy a comprar nada hoy”
Necesitamos brindar a nuestros clientes, suficiente información
relevante, sólo la suficiente y precisa información. Debemos enfocarnos en la
información sustancial que apunta a las necesidades y deseos del cliente.
Expresándonos en la forma en que nuestro cliente desea comunicar y vendiéndole
de la manera en que el compra. Las ventajas que construyen el valor de nuestra
oferta, de manera que los beneficios de poseer nuestro producto o servicio
superen ampliamente la inversión necesaria para poseerlo.
Cuando un cliente se siente bien atendido y experimenta
pequeñas o grandes molestias con nuestros productos o servicios, no vacilará en
hacérnoslo saber. Él espera que le demos una respuesta y resolvamos la
situación en forma rápida y oportuna. En algunas oportunidades, es posible que
no tenga razón: esto es lo de menos; nos brinda la oportunidad de enfatizar en
las bondades de nuestro buen servicio y de paso, podemos identificar nuevas
oportunidades de negocios.
No intente refutar a su cliente con razones poco claras. Su
cliente se queja en forma legítima y debe ser atendido: Los competidores
estarán deseosos de trabajar con ellos y brindarles todos los productos y servicios
que usted está desdeñando.
Tú, que te quejas y reclamas lo que no recibes, ¿has pensado en lo que no das?
Tú, que te lamentas porque sufres, ¿te has dado cuenta de cuánto haces sufrir?
Tú, que acusas a los demás de ignorantes, ¿eres consciente de lo mucho que no sabes?
Reflexiona y sigue...
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